Trabajar en el área de la hotelería, entre las tantas y tantas satisfacciones que deja, está una de muchísimo valor, y, me refiero en concreto a la oportunidad maravillosa de "escuchar de primera mano" la opinión que los extranjeros se llevan de nuestro país. Lo lamentable es que a veces no escuchamos lo que quisiéramos, y entristece ver la imagen deteriorada que actualmente tienen muchos turistas respecto a Venezuela. Ser escritor bloguero, se suma a esas satisfacciones personales, y referido al tema en cuestión, me da la oportunidad de poder plasmar en este post lo que "no debería decirse de Venezuela en el extranjero", siendo lamentable que son problemas tan fuera de control, que yo los tildo de "los excesos nocivos para el turismo", y obviamente, para la propia ciudadanía. Los invito a conocer lo que yo personalmente les he escuchado. Puedo resumir en 3 las variables negativas que he escuchado a los turistas, y que tengo la esperanza de que la lectura de este post lleve a la reflexión y a la acción a quienes tienen competencia gubernamental para tomar "medidas inmediatas e impostergables". El orden asignado a tales variables, es aleatorio, y no tiene nada que ver con su rango de importancia, porque todas tres, en sí mismas, son negativas al turismo, pero, la sumatoria de las tres, en recíproca interacción, hace más grave la situación para la imagen turística de Venezuela.
La delincuencia es un fenómeno social mundial, pero, en Venezuela ha alcanzado niveles preocupantes, no sólo por la cantidad de delitos y crímenes, sino también por la naturaleza de los mismos, es decir, no se roba y asesina por hambre, sino por motivos muy insignificantes como un par de calzados o un blackberry, incluso, se hiere o asesina a un ciudadano porque no lleva consigo dinero, o la cantidad que carga no le parece suficiente al delincuente, y por si ya no fuera grave la situación, toma matices más alarmantes cuando es del conocimiento de propios y extraños el chantaje de funcionarios de rango, no sólo sobre la ciudadanía sino también sobre los turistas de frontera. Desde el 2do. semestre del 2013 la diferencia cambiaria del peso colombiano frente al bolívar hizo atractivo venir a Venezuela con la finalidad de hacer compras, habiendo un resultado positivo de un boom altísimo de turistas colombianos, pero, con un resultado negativo: muchos se chocaron de frente con el fenómeno del atraco, y comprobaron en carne propia que no es amarillismo opositor, sino una triste realidad delicuencial. Al turista le daba una sensación muy desagradable de inseguridad al leer noticias, o escuchar a otros huéspedes, relatos de atraco donde perdieron dinero y pertenencias, con la natural crítica colectiva a la mala situación social.
¡Impresionante!, ¡Inconcebible!, ¡Injustificable!, ....y cualquier otra cantidad de adjetivos calificativos se escucha de los visitantes de Maracaibo, al ver la cantidad impresionante de basura que de manera pareja se observa en toda la ciudad. Alguien dijo en forma jocosa, o quizás sarcástica, es "muicho con demasiado", es decir, es exagerada la abrumadora cantidad de basura que "adorna las esquinas de Maracaibo". Es que resulta para el extranjero inconcebible la falta de amor por la ciudad por la cantidad y variedad de basura: desde pláticos de refrescos, cajas, bolsas vacías volando por doquier, colchones, árboles, frutas, .... y hasta animales muertos, realmente una muy humillante imagen para nuestra ciudad, y que el turista ni es ciego, ni es "pagado por el imperio" para emitir opiniones negativas acerca de esa realidad. Porque si bien resulta inimaginable para un turista "tanto ciudadano sucio", no menos despectiva es la idea que se llevan de las autoridades competentes, y allí critican por igual al alcalde, al gobernador y al mismísimo presidente, pues consideran muy grave que a nadie le duela la imagen deplorable que ofrece una ciudad sucia.
El turista viene a comprar, favorecido por la diferencia cambiaria y por la "imagen de país rico de Venezuela", pero, al visitar supermercados, lo que halla son estanterías vacías, e inmensas colas para recibir una cantidad limitada de artículos de primera necesidad. Luego, si sale a buscar un medicamento, "no hay". Si tiene que comprar una batería para su carro, "no hay". Si busca un repuesto, "no hay".......¡y pare usted de contar!, tal como dice el refrán popular. En resumen: Le resulta paradójico que en un país con una imagen de opulencia en el extranjero, al visitarlo, se encuentra exactamente con la situación contraria.
Nada de lo que dije es desconocido por la ciudadanía y por el propio gobierno, pero, lo que probablemente se ignora, o se juega a la negligencia, es que todas esas variables están creando una imagen de Venezuela, que si no se toman medidas en el corto plazo, van a afectar en el largo plazo las perspectivas turísticas de nuestro país en el extranjero. Como escritor bloguero, y como venezolano, ¡no puedo callar ante estas situaciones a las que hay que señalar con determinación!. Este post cumplió una función, quizás de denuncia, quizás de alerta, o quizás de reflexión. Lo importante en sí mismo, no es lo escrito acá, como sí lo sería las acciones derivadas de la lectura de este post. Es que aún quedamos ciudadanos que amamos a Maracaibo y a Venezuela en general, y hay alguna esperanza de que lo acá escrito sean en el futuro problemas ya superados. Para que algo así pueda ocurrir, tiene que asimilarse la "fotografía social" acá relatada sin vicios ideológicos o partidistas, sino invitando a verlo con ojos de "venezolanos por lo nuestro".
No hay comentarios:
Publicar un comentario