La existencia de un blog como éste, que se adentra en temas de los hoteles y restaurantes como agentes básicos en la recepción de turistas nacionales e internacionales, va a quedar justificado en cuanto a motivos de publicación, en dos concretos motivos: el primero es abordar todo lo relativo a las circunstancias que se suscitan en hoteles y restaurantes y cuya mejora depende de acciones concretas que debe asumir la Gerencia; el segundo motivante de las publicaciones de este blog, es el tratamiento de temas cuya solución en pro del turismo no depende de acciones internas de la Gerencia sino de las autoridades competentes, tal como es el caso de los efectos tremendamente negativos de la delincuencia en contra de los turistas.
Les puedo garantizar que nos es el mejor mensaje de bienvenida ni la mejor expresión de acogida a turistas y ejecutivos, las noticias de criminalidad y las experiencias vividas por muchos de ellos y que luego repiten en sus países, por comentarios personales o en las redes sociales, dejando una pobre imagen nacional en Facebook y twitter.
Al momento de escribir este post, escuché el caso de dos comerciantes colombianos que fueron víctimas de atraco, afectando su capacidad económica, y que redundó en reducir sus días de alojamiento en dos habitaciones, sencillamente dinero valioso que el hotel dejó de percibir y el desencanto en contra de nuestro país de esos turistas colombianos, a consecuencia de una feroz y muy violenta delincuencia.
El discurso electoral de los aspirantes a diferentes cargos gubernamentales, sea alcaldías, gobernaciones e incluso la presidencia, ha tomado la bandera del enfrentamiento de la delincuencia como principal oferta electoral, lo triste es que tales ofertas no van más allá de una pobre demagogia; no recapacitando que además de afectar a la ciudadanía en general, también está afectando a la imagen que transmite Venezuela al exterior, en virtud de malas experiencias de los turistas a manos de depravados delincuentes.
Continuando con los alegatos empíricos, comento que es causa de bochorno nacional cuando los turistas que visitan Maracaibo sienten miedo de visitar lugares públicos debido a las noticias que a diario circulan en la prensa sobre víctimas de delincuencia, y además de afectar la imagen de país hacia afuera, también afecta en lo económico al comercio regional, ya que son divisas que deberían quedarse en compras locales, y, que no ocurre porque el turista es afectado por la psicosis de la delincuencia que se le ha escapado de las manos a gobernantes regionales y el poder nacional.
Hay turistas que haciendo caso omiso a las recomendaciones de cómo andar prevenidos en la ciudad, va a resultar que son víctimas de secuestro de sus vehículos para pedir rescates, o simplemente se los roban y no los ven más. Es que he escuchado a connacionales que admiran las bellezas naturales de nuestra Venezuela, pero temen por el robo de sus vehículos u otras pertenencias, incluso por su propia vida, y ven más tentador pensar en viajar a otros países, incluso fronterizos, con menos riesgo delictivo, ¡alarmante verdad!.
Hay incluso turistas que han resultado asesinados, porque no tuvieron ni malicia ni precauciones, y la reflexión es: ¿es justo que los turistas que nos visitan tengan que padecer de psicosis que los haga tener que sustituir su deseo de conocer la ciudad por una actitud de malicia?, y el resultado no puede ser otro que la negativa a hacer turismo en nuestras ciudades.
Hay turistas que al hacer compras en los Centros Comerciales, son perseguidos por delincuentes quienes proceden a atracar a esos turistas en lugares incluso públicos. Esto es muy común en contra de aquellos turistas que son vistos en casas de cambio o cancelando con dólares. Los cuales son perseguidos para ser atracados.
Hay turistas que incluso son atracados en la propia entrada del estacionamiento del hotel, o del Centro Comercial, lo cual debe abrir una línea de acción preventiva en los cuerpos policiales y de inteligencia.
Definitivamente debería haber mayor resguardo policial de los sitios turísticos y lugares públicos que son propensos a ser visitados por turistas; y la respuesta de los cuerpos policiales a esos turistas afectados por la delincuencia, debería ser más efectiva, adoptando la actitud comprensiva hacia personas que lejos de sus familiares quedan indefensos y vulnerables al ver afectado su patrimonio económico que incluso los hace pasar penurias.
Cuando en el párrafo anterior hablo de penurias de turistas, quiero poner el ejemplo de un bús con atletas que llegó al hotel donde trabajo, y al regresar en la tarde llegaron afectados porque fueron atracados, incidiendo en la pérdida de sus viáticos de alimentación, que si bien habían pagado los días totales de hospedaje, no obstante, tuvieron que pasar penurias porque les robaron el dinero que traían destinado a alimentación.
El asunto del fenómeno delictivo incidiendo sobre la actividad turística, representa una alarmante realidad que sin “ánimos amarillistas” debe ser de una vez por todas, abordado y enfrentado por personal experto, porque además sucede que turismo y delincuencia son dos polos mútuamente excluyentes, y que por tanto, requiere una necesaria respuesta por parte del Gobierno. ¿Por qué son polos excluyentes?, porque van en direcciones opuestas, ya que el turismo va en la dirección del progreso del país y la delincuencia en la dirección del atraso.
La idea de desarrollar este post, además del motivante reflexivo y de denuncia, debe ser tomado como un mensaje de defensa a la imagen nacional que se ve desfigurada por la acción de irracionales delincuentes que actúan a su antojo, ante la ausencia de políticas de seguridad nacional que los frene.
Al turista hay que tratarlo bien, porque traen valiosas divisas que van a engrasar las ventas del comercio local, y porque además son los mejores difusores en el extranjero sobre la imagen de Venezuela.
Ese buen trato al turista no es sólo asunto y responsabilidad de los empresarios privados, sino que tal como se pretende reflejar en este post, también hay una cuota de responsabilidad en las autoridades competentes, tanto regionales como nacionales.
Hay países donde su principal fuente de ingresos es el turismo, y, hay también una marcada tendencia a nivel internacional, a favorecer y promover el turismo, por tanto, esta publicación debe comprometer en alguna forma a quienes tienen algún nivel de poder político que pueda servir para proteger nuestros turistas.
Ser país petrolero no significa que no necesitemos las valiosas divisas de los turistas, porque estamos en un mundo globalizado donde es importante la visión de país que damos al exterior, no sólo como atractivo turístico, sino también como potencial destino de inversiones de empresarios de otros países. Los hombres de negocios no ven atractivos para sus inversiones a aquellos países con elevado índice de criminalidad, que además de atentar contra sus activos, puede también poner en riesgo sus propias vidas.
No requiere mucha argumentación el hecho de que el desborde de la delincuencia, además de alejar a los turistas, está también alejando a empresarios privados de otros países, y que son aprovechados por países vecinos que si están interesados en garantizar seguridad jurídica a turistas e inversores.
Es definitivo que a través de las publicaciones de los blogs se transmite la inquietud a empresarios privados y entes gubernamentales, de promover el turismo; incluso, es conveniente incluir la enseñanza de principios de “servicio de calidad” en los pensum de los diferentes niveles de la educación, partiendo desde la misma educación primaria, donde se pueda instruir al niño sobre el valor que representan los turistas para cualquier país y la necesidad de desarrollar actitudes de hospitalidad hacia ellos, en otros términos, significa formar ciudadanos con mentalidad hospitalaria hacia los visitantes de tu ciudad o región, bien sea nacionales o extranjeros, de forma que se implante en ellos la idea del “tipo de país que queremos reflejar al exterior”.
Sería incluso conveniente que los tesistas de carreras como turismo o de criminología, puedan hacer trabajo de investigación para definir parámetros certeros sobre el tema abordado en este post. Incluso, que quienes laboran en hoteles y leen este blog, puedan compartir las experiencias que conozcan sobre turistas víctimas de la delincuencia, que pueda aportar posibles puntos álgidos a ser considerados por los órganos de inteligencia policial, lo cual daría valor a lo acá desarrollado.
Sería además muy interesante la propuesta de la creación de un Instituto de atención a turistas víctimas de la delincuencia, que con los correspondientes vínculos con Embajadas, Universidades, Clínicas, Polícias, etc., puedan servir de apoyo a ese turista que estando tan lejos de su país, se ve afectado por el mal momento de ser atracado, y esto se hace más urgente, en los casos en que esos turistas quedan afectados por lesiones físicas. Esto es parte de la responsabilidad social que debe desarrollar un país que aspire a convertirse en un destino potencial para turistas y hombres de negocios.
Y hablando de otras acciones responsables que debería asumir el gobierno para defender tanto a turistas como a la misma imagen de Venezuela, sería muy importante para el impulso del turismo, que se nombrara una Comisión de expertos de diferentes disciplinas (criminalistas, juristas, antropólogos, psicólogos, psiquiatras) que se avocara a diseñar un proyecto para atender el ataque contra la delincuencia que azotando lugares públicos y de interés turístico, afectan el normal desarrollo comercial y de esparcimiento de tales lugares. Es importante que esa Comisión pueda presentar resultados, apoyados en la metodología de estadística social, que pueda ofrecer los parámetros que miden el efecto social y psicológico de las víctimas de la delincuencia que son oriundos de otras naciones.
Siempre he escuchado a los turistas esta expresión: "El hotel no debe cargar sobre el turista las fallas de servicio, porque su acción no es la excusa sino la solución", lo mismo aplica al gobierno, quien no debe hacer recaer sobre los turistas (y la ciudadanía en general) su fallas en políticas efectivas de seguridad; será que acá se aplica aquello del "buen entendedor no requiere de tantas palabras". Un gobierno verdaderamente responsable no acoge la vía de las excusas, sino la vía de las soluciones, y muestro turismo nacional está esperando por ellas, así que es hora de que el gobierno salde esa deuda con la ciudadanía y con los turistas.
La reflexión de los efectos nocivos de la inseguridad sobre el turismo, constituye el punto de partida para dimensionar al turista como ser humano, y se trata de una tarea que implica responsabilidades no sólo para las empresas privadas, sino también para el sector gubernamental.
Para atender verdaderamente a un turista, hay que verlo como algo más que agente de divisas para el país, es que debemos verlo primeramente como un ser humano, que trae una necesidad, que nosotros como hotel y como país debemos satisfacer, y sólo luego, verlo como turista, que va a implicar entonces esa necesaria sensibilidad para atenderlo como corresponde.
No basta con garantizar lugares bonitos y hoteles lujosos, a los turistas primeramente hay que garantizarle su derecho a la vida con medidas de seguridad, y luego su derecho al disfrute con servicios de calidad.
Creo que los dos anteriores axiomas son muy convincentes y explicativos de lo que corresponde para alcanzar un país con potencial turístico.
A los lectores tanto de Venezuela como de cualquier otro país, que estén vinculados al sector privado o público del turismo, les conviene reflexionar sobre el aporte que allí les dejo.
Angel Paz- Maracaibo, Edo. Zulia- Venezuela
Les puedo garantizar que nos es el mejor mensaje de bienvenida ni la mejor expresión de acogida a turistas y ejecutivos, las noticias de criminalidad y las experiencias vividas por muchos de ellos y que luego repiten en sus países, por comentarios personales o en las redes sociales, dejando una pobre imagen nacional en Facebook y twitter.
Al momento de escribir este post, escuché el caso de dos comerciantes colombianos que fueron víctimas de atraco, afectando su capacidad económica, y que redundó en reducir sus días de alojamiento en dos habitaciones, sencillamente dinero valioso que el hotel dejó de percibir y el desencanto en contra de nuestro país de esos turistas colombianos, a consecuencia de una feroz y muy violenta delincuencia.
El discurso electoral de los aspirantes a diferentes cargos gubernamentales, sea alcaldías, gobernaciones e incluso la presidencia, ha tomado la bandera del enfrentamiento de la delincuencia como principal oferta electoral, lo triste es que tales ofertas no van más allá de una pobre demagogia; no recapacitando que además de afectar a la ciudadanía en general, también está afectando a la imagen que transmite Venezuela al exterior, en virtud de malas experiencias de los turistas a manos de depravados delincuentes.
Continuando con los alegatos empíricos, comento que es causa de bochorno nacional cuando los turistas que visitan Maracaibo sienten miedo de visitar lugares públicos debido a las noticias que a diario circulan en la prensa sobre víctimas de delincuencia, y además de afectar la imagen de país hacia afuera, también afecta en lo económico al comercio regional, ya que son divisas que deberían quedarse en compras locales, y, que no ocurre porque el turista es afectado por la psicosis de la delincuencia que se le ha escapado de las manos a gobernantes regionales y el poder nacional.
Hay turistas que haciendo caso omiso a las recomendaciones de cómo andar prevenidos en la ciudad, va a resultar que son víctimas de secuestro de sus vehículos para pedir rescates, o simplemente se los roban y no los ven más. Es que he escuchado a connacionales que admiran las bellezas naturales de nuestra Venezuela, pero temen por el robo de sus vehículos u otras pertenencias, incluso por su propia vida, y ven más tentador pensar en viajar a otros países, incluso fronterizos, con menos riesgo delictivo, ¡alarmante verdad!.
Hay incluso turistas que han resultado asesinados, porque no tuvieron ni malicia ni precauciones, y la reflexión es: ¿es justo que los turistas que nos visitan tengan que padecer de psicosis que los haga tener que sustituir su deseo de conocer la ciudad por una actitud de malicia?, y el resultado no puede ser otro que la negativa a hacer turismo en nuestras ciudades.
Hay turistas que al hacer compras en los Centros Comerciales, son perseguidos por delincuentes quienes proceden a atracar a esos turistas en lugares incluso públicos. Esto es muy común en contra de aquellos turistas que son vistos en casas de cambio o cancelando con dólares. Los cuales son perseguidos para ser atracados.
Hay turistas que incluso son atracados en la propia entrada del estacionamiento del hotel, o del Centro Comercial, lo cual debe abrir una línea de acción preventiva en los cuerpos policiales y de inteligencia.
Definitivamente debería haber mayor resguardo policial de los sitios turísticos y lugares públicos que son propensos a ser visitados por turistas; y la respuesta de los cuerpos policiales a esos turistas afectados por la delincuencia, debería ser más efectiva, adoptando la actitud comprensiva hacia personas que lejos de sus familiares quedan indefensos y vulnerables al ver afectado su patrimonio económico que incluso los hace pasar penurias.
Cuando en el párrafo anterior hablo de penurias de turistas, quiero poner el ejemplo de un bús con atletas que llegó al hotel donde trabajo, y al regresar en la tarde llegaron afectados porque fueron atracados, incidiendo en la pérdida de sus viáticos de alimentación, que si bien habían pagado los días totales de hospedaje, no obstante, tuvieron que pasar penurias porque les robaron el dinero que traían destinado a alimentación.
El asunto del fenómeno delictivo incidiendo sobre la actividad turística, representa una alarmante realidad que sin “ánimos amarillistas” debe ser de una vez por todas, abordado y enfrentado por personal experto, porque además sucede que turismo y delincuencia son dos polos mútuamente excluyentes, y que por tanto, requiere una necesaria respuesta por parte del Gobierno. ¿Por qué son polos excluyentes?, porque van en direcciones opuestas, ya que el turismo va en la dirección del progreso del país y la delincuencia en la dirección del atraso.
La idea de desarrollar este post, además del motivante reflexivo y de denuncia, debe ser tomado como un mensaje de defensa a la imagen nacional que se ve desfigurada por la acción de irracionales delincuentes que actúan a su antojo, ante la ausencia de políticas de seguridad nacional que los frene.
Al turista hay que tratarlo bien, porque traen valiosas divisas que van a engrasar las ventas del comercio local, y porque además son los mejores difusores en el extranjero sobre la imagen de Venezuela.
Ese buen trato al turista no es sólo asunto y responsabilidad de los empresarios privados, sino que tal como se pretende reflejar en este post, también hay una cuota de responsabilidad en las autoridades competentes, tanto regionales como nacionales.
Hay países donde su principal fuente de ingresos es el turismo, y, hay también una marcada tendencia a nivel internacional, a favorecer y promover el turismo, por tanto, esta publicación debe comprometer en alguna forma a quienes tienen algún nivel de poder político que pueda servir para proteger nuestros turistas.
Ser país petrolero no significa que no necesitemos las valiosas divisas de los turistas, porque estamos en un mundo globalizado donde es importante la visión de país que damos al exterior, no sólo como atractivo turístico, sino también como potencial destino de inversiones de empresarios de otros países. Los hombres de negocios no ven atractivos para sus inversiones a aquellos países con elevado índice de criminalidad, que además de atentar contra sus activos, puede también poner en riesgo sus propias vidas.
No requiere mucha argumentación el hecho de que el desborde de la delincuencia, además de alejar a los turistas, está también alejando a empresarios privados de otros países, y que son aprovechados por países vecinos que si están interesados en garantizar seguridad jurídica a turistas e inversores.
Es definitivo que a través de las publicaciones de los blogs se transmite la inquietud a empresarios privados y entes gubernamentales, de promover el turismo; incluso, es conveniente incluir la enseñanza de principios de “servicio de calidad” en los pensum de los diferentes niveles de la educación, partiendo desde la misma educación primaria, donde se pueda instruir al niño sobre el valor que representan los turistas para cualquier país y la necesidad de desarrollar actitudes de hospitalidad hacia ellos, en otros términos, significa formar ciudadanos con mentalidad hospitalaria hacia los visitantes de tu ciudad o región, bien sea nacionales o extranjeros, de forma que se implante en ellos la idea del “tipo de país que queremos reflejar al exterior”.
Sería incluso conveniente que los tesistas de carreras como turismo o de criminología, puedan hacer trabajo de investigación para definir parámetros certeros sobre el tema abordado en este post. Incluso, que quienes laboran en hoteles y leen este blog, puedan compartir las experiencias que conozcan sobre turistas víctimas de la delincuencia, que pueda aportar posibles puntos álgidos a ser considerados por los órganos de inteligencia policial, lo cual daría valor a lo acá desarrollado.
Sería además muy interesante la propuesta de la creación de un Instituto de atención a turistas víctimas de la delincuencia, que con los correspondientes vínculos con Embajadas, Universidades, Clínicas, Polícias, etc., puedan servir de apoyo a ese turista que estando tan lejos de su país, se ve afectado por el mal momento de ser atracado, y esto se hace más urgente, en los casos en que esos turistas quedan afectados por lesiones físicas. Esto es parte de la responsabilidad social que debe desarrollar un país que aspire a convertirse en un destino potencial para turistas y hombres de negocios.
Y hablando de otras acciones responsables que debería asumir el gobierno para defender tanto a turistas como a la misma imagen de Venezuela, sería muy importante para el impulso del turismo, que se nombrara una Comisión de expertos de diferentes disciplinas (criminalistas, juristas, antropólogos, psicólogos, psiquiatras) que se avocara a diseñar un proyecto para atender el ataque contra la delincuencia que azotando lugares públicos y de interés turístico, afectan el normal desarrollo comercial y de esparcimiento de tales lugares. Es importante que esa Comisión pueda presentar resultados, apoyados en la metodología de estadística social, que pueda ofrecer los parámetros que miden el efecto social y psicológico de las víctimas de la delincuencia que son oriundos de otras naciones.
Siempre he escuchado a los turistas esta expresión: "El hotel no debe cargar sobre el turista las fallas de servicio, porque su acción no es la excusa sino la solución", lo mismo aplica al gobierno, quien no debe hacer recaer sobre los turistas (y la ciudadanía en general) su fallas en políticas efectivas de seguridad; será que acá se aplica aquello del "buen entendedor no requiere de tantas palabras". Un gobierno verdaderamente responsable no acoge la vía de las excusas, sino la vía de las soluciones, y muestro turismo nacional está esperando por ellas, así que es hora de que el gobierno salde esa deuda con la ciudadanía y con los turistas.
La reflexión de los efectos nocivos de la inseguridad sobre el turismo, constituye el punto de partida para dimensionar al turista como ser humano, y se trata de una tarea que implica responsabilidades no sólo para las empresas privadas, sino también para el sector gubernamental.
Para atender verdaderamente a un turista, hay que verlo como algo más que agente de divisas para el país, es que debemos verlo primeramente como un ser humano, que trae una necesidad, que nosotros como hotel y como país debemos satisfacer, y sólo luego, verlo como turista, que va a implicar entonces esa necesaria sensibilidad para atenderlo como corresponde.
No basta con garantizar lugares bonitos y hoteles lujosos, a los turistas primeramente hay que garantizarle su derecho a la vida con medidas de seguridad, y luego su derecho al disfrute con servicios de calidad.
Creo que los dos anteriores axiomas son muy convincentes y explicativos de lo que corresponde para alcanzar un país con potencial turístico.
A los lectores tanto de Venezuela como de cualquier otro país, que estén vinculados al sector privado o público del turismo, les conviene reflexionar sobre el aporte que allí les dejo.
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